Otro Eataly para Manhattan

La cadena de gastronomía italiana Eataly abrió un segundo complejo en Nueva York, esta vez en el cenro comercial Westfield World Trade Center

POR: Katingo Haché de Santelises

Tras establecerse en Flatiron en 2010, la cadena turinesa Eataly ha abierto una segunda sucursal en Nueva York este año, en el centro comercial Westfield World Trade Center de la Liberty Street. Yo era amante de la primera, pero esta, también de unos 4,500 metros cuadrados, es todavía más deslumbrante por las vistas que provee su ubicación.

Uno de los lujos que se dieron los creadores en esta tienda fue la de adaptarse a las necesidades de su público. Por ejemplo, al estar ubicado en el Distrito Financiero, este Eataly incluye opciones de desayuno para los empleados que van de camino a sus lugares de trabajo –el Eataly anterior abre a las nueve de la mañana, mientras que este está abierto desde las siete–.

Fui con mi familia durante el horario de almuerzo, y ahí me di cuenta de los otros lujos espaciales que se pudieron dar: en el mercado hay una sección solo para vegetales, otra solo para frutas, otra de ensaladas, un counter para tomar vino, una estación de mariscos, otra de pasta –que vale la pena visitar–, otra para el café –que no sirven en los restaurantes– y otra para el gelato. Y claro, una sección para quesos, de donde recomiendo llevar la mozzarella fresca –hay mozzarella y hay mozzarella, y la de Eataly es una sin excepción está en un punto idóneo de textura, dureza y sabor–.

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De los cinco restaurantes disponibles nos decidimos por Orto e Mare, con creaciones inspiradas en la conexión gastronómica entre Italia y Estados Unidos. Ahí de entra pedimos unos rábanos fritos con miel de acacia y un plato de carne cruda con aceite de oliva y sal. Luego probé unos gnocchi en salsa de hongos Maitake, mantequilla, ajo y tomillo; mi esposo pidió un manzo, que es un churrasco con papas, cebollas tostadas y hongos Portobello. Mi hijo Jean y mi cuñado Rafael Emilio pidieron unos agnolotti del plin, una pasta rellena de ternera y cerdo con una reducción de ternera asada y mantequilla de trufas negras, mientras que mi hermana pidió un plato de orecchiette. Todos estaban fantástico, pero los agnolotti estuvieron a otro nivel. Si van, pídanlos sin pensarlo.

De hecho, dado el alto estándar de calidad que tiene Eataly, ahí pueden probar con seguridad y a sus anchas muchos platos, sin tener que preocuparse por la posibilidad del sabor.

Fotos: Kristy LeibowitzPaloma NYC y Katingo Haché de Santelises

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