Uno de nuestros clientes estuvo recientemente por Buenos Aires y nos habló de lo acelerado que está el panorama gastronómico de la ciudad: hay un contraste fuerte entre los comedores a la italiana de toda la vida y los nuevos cafés a la australiana/brooklinense que salen de la tierra cada cinco metros. Sin embargo, eso significa que las opciones innovadoras, diferentes y muy de autor son las que destacan.
Si tienen pensado viajar a Buenos Aires, anoten sus cinco opciones destacadas, recomendadas según el horario de la comida estrella para cada uno.
PARA EL DESAYUNO
Trippin’ Café
[Vecindario: Centro/Retiro]
Buena suerte tratando de encontrar un cappuccino para el desayuno que esté a la temperatura correcta; en la mayoría de los lugares que no se llaman Italia se los van a servir a grados quema-lengua. Trippin’, sin embargo, es uno de los pocos en la ciudad que respeta el proceso de extracción adecuado —pueden pedirlo a Chemex o a Victoria Arduino—. Este café, que abrió hace apenas unas semanas en la Maipú, sirve granos provenientes de lugares como Honduras o Costa Rica —pero también tiene unas tostadas y bollerías de consistencia memorable—.
PARA EL BRUNCH
Komyun
[Vecindario: Bosques de Palermo]
Arcos del Rosedal es a Buenos Aires lo que Plaza Naco a Santo Domingo: uno de los lugares más encendido de los 90, que fue olvidado con el ascenso de nuevas opciones. En ese momento se llamaba Paseo de la Infanta —y así deben referirse a él en caso de utilizar el servicio de un taxista—, pero este lugar volvió con venganza: bajo cada uno de los 10 arcos se ubica hoy una opción gastronómica semi-casual de autor. Sáltense los helados de Lucciano’s, los desayunos completos de Möoi y las panquecas de Santa Crepa y vayan directo a Komyun, un restaurante a caballo entre Japón y no solo Perú, pero toda Sudamérica. Con varias opciones de brunch dominical desde el mediodía, van a recordar su spritz con zucchini, su tiradito o su ceviche de entrada, su ramen nikkei, sus baos y la textura del postre de chocolate.
PARA EL ALMUERZO
Casa Cavia
[Vecindario: Palermo Chico]
Hagan lo que hagan, dejen un almuerzo en Casa Cavia para su último día en Buenos Aires… de lo contrario, les va a arruinar la alegría gastronómica en la ciudad, porque nada se va a aproximar a la experiencia de comer aquí.
Lo impresionante no es la casona familiar, renovada para estos fines hace unos pocos años. Tampoco es el exquisito patio, ni la librería/editorial que llevan dentro. No: en poco lugares van a encontrar la habilidad panadera, la acertadísima combinación de texturas en los platos de la chef Julieta Caruso, la impresionante variedad de ingredientes en los tragos de autor y la sutilmente elegante ceremonia del servicio de cada paso, incluyendo el postre y el café extraído a Chemex. ¿Y por qué un almuerzo en vez de una cena? Porque vale la pena ver la casa y el jardín al sol, donde se aprecian mejor todas las decisiones de ambientación que tomó su directora creativa.
PARA LA MERIENDA
Narda Comedor
[Vecindario: Belgrano]
Hace unos años aquí en ALKASA-196 les hablamos de la chef Narda Lepes, una celebridad gastronómica en Argentina y en varias zonas de Latinoamérica. En 2017 abrió un comedor con su nombre en una calle tranquila de Belgrano, rodeada por un parque y un par de restaurantes de autor. Ya que el comedor está abierto entre 8:30 de la mañana y 11 de la noche, da para ir a comer a cualquier hora incluyendo la merienda, sobre todo por el hecho de que el ambiente del mismo es casual chic —parece la cafetería escolar de sus sueños—.
Se van a ver tentados por las descripciones del menú y por el staff a comer opciones saludables, con ensaladas y demás platos con ingredientes de origen vegetal, pero confíen: háganse de la vista y la panza gorda y pidan los platos con carbohidratos de los malvados y carne, que valen la pena por su buena cocción y fantástico sazón —de hecho, por eso el comedor ya es uno de los Top 50 Restauranes en Latinoamérica según S.Pellegrino—. ¡Jartura con altura! ¡Delicia! *Beso de chef*
PARA LA CENA
El Baqueano
[Vecindario: San Telmo]
Y otro más del Top 50, esta vez con un menú degustación de cocina autóctona… pero muy autóctona. Dígase: carne de animales endémicos del noroeste andino del país, como el yacaré y la llama. De la decena de platos, unos tres son estacionales, así que es posible que les toque una bola de helado de berenjena ahumada —sí, berenjena—.
Y claro: pueden aprovechar y solicitar la opción de maridaje, para así conocer botellas del terroir que van mucho más allá del Malbec.
Fotos: Cortesía de los respectivos restaurantes
