Un poco de historia en Palma de Mallorca

Nuestra asesora Raquel Guerrero estuvo en el sur de España, y nos recomienda visitar dos de los edificios históricos más hermosos de las Islas Baleares

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POR: Raquel Guerrero

Puede que hoy el idioma que más se escuche por las calles de la soleada Palma sea el alemán —en serio, los turistas y los expatriados provenientes de la tierra de Angela Merkel se encuentran por doquier—, pero por ella han pasado desde los romanos hasta los moros. De hecho, un buen lugar para distinguir esos pedacitos de historia es el punto que conecta a la Catedral-Basílica de Santa María con el Palacio de la Almudaina.

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La catedral está hoy donde antes había una mezquita, y el rey Jaime I de Aragón se entregó con fuerzas a borrar de ese solar esa historia pasada —de hecho, tanto se esmeró en absorber lo que venía del norte de Europa que hoy la Santa María tiene el rosetón gótico más grande del mundo—. Afortunadamente, todavía permanecen a su alrededor los vestigios de las murallas romanas que se construyeron para proteger la ciudad —tiene sentido, ya que La Seu, como es llamada localmente, está a un paso del mar—.

A pocos pasos se encuentra el Palacio Real de la Almudaina, un alcázar que la corona de Aragón también quitó de manos de los musulmanes. Hoy es el lugar donde los reyes Felipe y Letizia tienen sus recepciones oficiales cuando están de vacaciones en Palma de Mallorca, en la residencia estival en el Palacio de Marivent. De hecho, es posible recorrerlo —la entrada cuesta siete euros e incluye una audioguía— y visitar sus respectivos despachos con mobiliario dorado. El edificio es un patrimonio nacional, y por eso todo dentro está impecablemente conservado, desde los detalles arquitectónicos hasta la capilla de Santa Ana, también de estilo gótico.

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Palma es uno de los puntos turísticos más grandes de España —y eso incluye, sobre todo, el turismo interno—. Yo pensaba que era una islita en esencia, pero es tan densa que, en realidad, se siente como una gran ciudad –de hecho, ahí viven más de medio millón de personas–. Sin embargo, desde la Catedral y la Almudaina se siente tanta paz que uno parecería estar en un punto más alejado. Ese, definitivamente, es el mejor recuerdo que me llevo de mi visita.

Fotos: Raquel Guerrero

Un comentario

  • Muy bellas fotos y una descripcion con una perspectiva muy interesante.
    Conocer Palma desde tu optica viendo tus fotos e informacion, me permite visualizar el lugar con una profundidad historica que despierta mi interes. Muchas gracias.

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